Patrick Ebert comenzó la temporada con mal pie ya que, tras un verano cargado de rumores sobre un posible traspaso, cayó lesionado tras jugar el primer partido de Liga ante el Athletic de Bilbao. Un mal gesto en el entrenamiento del pasado 21 de agosto hizo que el extremo alemán reviviera los fantasmas de todos los problemas musculares que le acompañaron toda la pasada campaña.
Afortunadamente para él, en esta oportunidad la lesión en el bíceps femoral de la pierna izquierda no tuvo demasiada gravedad y esta misma semana podrá incorporarse al trabajo con sus compañeros. "Me encuentro bien hasta este momento, espero hacer un poco más cada día y el viernes poder entrenarme con el equipo?, explicó el futbolista alemán.
De hecho, Ebert no descarta incluso que pueda ayudar al Real Valladolid el próximo lunes en el partido ante el Elche. "La cuestión no es si quiero jugar, yo lo quiero hacer siempre. Quizá juegue porque me siento bien o quizá lo haga unos minutos o quizá no participe... No lo sé. Voy a esperar hasta ver qué pasa del viernes al domingo porque la semana siguiente tenemos tres partidos en seis días y veremos cómo me encuentro", comentó.
En cualquier caso, los problemas musculares vuelven a aparecer como el principal inconveniente para que Ebert pueda explotar todo su talento futbolístico, a pesar de que el extremo germano intente buscar el lado bueno de su situación y, sobre todo, ponga todos los medios para prevenir futuras lesiones.
"Por supuesto no es lo mejor, pero es parte de la vida de un futbolista, pienso que esta vez no fue tan dura, así que estoy contento, sólo han sido dos partidos y quizá pueda jugar el próximo. Yo hago lo posible por no lesionarme, trabajo antes y después de cada
entrenamiento, pero esta vez fue en un movimiento estúpido, no en un esprint o algo así, pero todo pasa por una razón", dijo Ebert.
"Nunca sabes cuándo va a venir una lesión. Estoy contento de que no haya sido en la rodilla o en el tobillo, sino sólo un problema muscular. Tampoco estaba cansado, todo estaba bien después del partido, me sentía bien. Tuvimos uno o dos días de descanso, luego volvimos a entrenarnos y no sé qué pudo pasar. Quizá Dios quiso que me lesionara en ese momento", concluyó el futbolista.
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